«Cambiando el Diálogo Interno: El Impacto Transformador de la Hipnosis en la Ansiedad»

Imagina un diálogo interno que te llena de confianza y calma en lugar de ansiedad y temor. Esta es la promesa esperanzadora que nuestra terapia de hipnosis clínica ofrece, transformando el diálogo interno de aquellos que luchan con la ansiedad.

Cuando enfrentamos la ansiedad, a menudo nos encontramos atrapados en un ciclo de pensamientos negativos y preocupaciones constantes. Sin embargo, la hipnosis clínica ofrece una nueva perspectiva. Durante las sesiones, te guiamos hacia un estado de relajación profunda, donde podemos acceder al subconsciente y cambiar los patrones de pensamiento que alimentan tu ansiedad.

Es en este estado de tranquilidad donde comienza la transformación. A través de la hipnosis, podemos reescribir el guion interno que te mantiene atrapado en la espiral de la ansiedad. Nuestros terapeutas especializados te ayudarán a desarrollar un diálogo interno más compasivo y positivo, lleno de afirmaciones que fomentan la calma y la confianza en ti mismo.

Con cada sesión de hipnosis, experimentarás un cambio interno profundo. Aprenderás a desafiar tus pensamientos negativos y a cultivar una actitud más optimista y equilibrada hacia la vida. La hipnosis clínica no solo trata los síntomas de la ansiedad, sino que aborda las causas subyacentes, permitiendo una transformación integral y duradera.

Te invitamos a explorar el poder de la hipnosis clínica como una herramienta terapéutica en tu viaje hacia la superación de la ansiedad. Con nuestra ayuda, puedes cambiar tu diálogo interno y encontrar una nueva sensación de calma y confianza en ti mismo. Estamos aquí para apoyarte en cada paso del camino hacia una vida más plena y tranquila.

CÓMO COMBATIR LA ANSIEDAD A TRAVÉS DE LA HIPNOSIS

¿Cómo combatir la ansiedad? ¿Cómo desprenderse de esa percepción de angustia constante? ¿Cuándo es necesario empezar una terapia?
Estas preguntas suelen rondan la mente de las personas que tienen este problema, debido a que resulta difícil identificar dónde termina el nerviosismo normal y dónde comienza este trastorno.
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¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad y el miedo son respuestas que el organismo genera, ante un escenario o situación que percibe como una amenaza, esta respuesta aunque es incómoda se produce para mantener la integridad física y mental del individuo.

El miedo se manifiesta ante una amenaza determinada, que puede ser real o imaginaria, mientras que la ansiedad es activada por un estímulo más difuso, menos claro (un sin sentido), ya que ésta es una respuesta anticipatoria ante una amenaza futura, amenaza que como hemos dicho puede ser real o imaginaria. Aun así, activan mecanismos de respuestas de lucha o huida, preparándonos para la acción, que en el caso de la ansiedad son innecesarios.

Es una experiencia universal, inesperada y molesta que se nos puede manifestar en una entrevista de trabajo, un examen y en un largo etcétera. Pero realmente, el problema es cuando esta ansiedad-miedo es desproporcionado, manifestándose ante estímulos que objetivamente no representan un peligro. En estos casos, nos encontramos con una ansiedad-no adaptativa, haciéndonos sufrir y limitando nuestra vida. Es ahí, cuando podemos hacer referencia a este trastorno.

Síntomas

Distintos al nerviosismo. Son extremadamente desproporcionados y no se ajustan a la intensidad del estímulo interior o exterior que los provoca. Y eso es si podemos determinar el estímulo, ya que en muchos casos el paciente no es capaz de decir “qué le pasa”.

Para que se entienda mejor, se trata de reacciones que escapan de nuestro control, teniendo un carácter recurrente, llegando a provocar en el paciente un gran malestar (físico y emocional) e interfiriendo negativamente en los diferentes escenarios de actuación. Es por ello, que si usted siente algunos de los siguientes síntomas, es un buen momento para pedir ayuda sin más.

Los síntomas son:

  • Somáticos: sudoración excesiva, mareos, náuseas, taquicardia, temblores, dolor de cabeza tensional, sensación de ahogo, , rigidez o debilidad muscular, insomnio, cansancio y sensación de tener un “nudo” en el estómago.
  • Emocionales: angustia, miedo, irascibilidad, incertidumbre, inseguridad, sensación de extrañeza y/o vacío, sensación de falta de control, agobio e inquietud.
  • Sociales: verborrea, dificultades para seguir el curso de una conversación, impulsividad o temor ante los conflictos interpersonales, quedarse en blanco, y dificultades para expresar sus opiniones y hacer valer sus derechos ante los demás.
  • Cognitivos: preocupación excesiva, ideas obsesivas, problemas para tomar decisiones, problemas de memoria, dificultades para concentrarse, sensación de confusión, pensamiento acelerado y pensamientos negativos o catastróficos.
  • Conductuales: dificultad para permanecer tranquilo en el mismo lugar, deseo de escapar o huir de ciertas situaciones o lugares, hiperactividad motora, estado de alerta permanente, ganas de llorar sin motivos.

Causas de la ansiedad

Las personas que sufren de ansiedad en su mayoría reconocen que su miedo es completamente “irracional”. Aún así, no pueden evitar sentirse de esta manera. Todo esto sucede debido a que el miedo y la ansiedad son emociones, y no están estructuradas por nuestra mente consciente o racional, sino por nuestro subconsciente. Esas sensaciones se originan en la parte más antigua del cerebro y escapan al control de la corteza prefrontal que es la que es capaz de racionalizar una situación determinada.

Y pudiéramos preguntarnos, ¿cómo es que nuestro inconsciente es capaz de producirnos síntomas tan horribles que nos hacen sufrir?, ¿cómo es posible que nosotros mismos nos estemos provocando este malestar? Muchas personas les cuesta aceptar que son ellos mismos quienes se están produciendo ese estado de ansiedad. Si queremos entender este mecanismo, tenemos que recurrir a nuestras dos mentes: la consciente y la inconsciente.

En nuestro estado consciente, las sintomatologías que manifiesta la ansiedad o el miedo nos parece extremadamente desagradables y, por ende, las rechazamos. Sin embargo, algo muy distinto ocurre en nuestro subconsciente debido a que la función prioritaria de esta parte de nuestra mente es garantizar por encima de todo nuestra supervivencia y por ello, se activa ante el mínim