Tras una encuesta a 1.000 personas de todas las comunidades autónomas

Uno de cada tres jóvenes tiene sobrepeso u obesidad en Europa

¿Vamos hacia un mundo de obesos?

La obesidad es un problema creciente que ya afecta al 20% de la población adulta en España. Sin embargo, la gran mayoría de los afectados cierra los ojos al problema. Así lo demuestra un estudio realizado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), que revela que el 82,2% de las personas que padecen obesidad no se perciben como obesas.

«Tan sólo el 17,8% de las personas estudiadas reconoció padecer la enfermedad», explica Francisco Tinahones, presidente de la SEEDO, quien aclara que la mayoría pensaba que tenía un exceso de peso moderado o incluso estaba en normopeso.

Tras encuestar a unas 1.000 personas de todas las comunidades autónomas, el estudio también constató esta falsa percepción entre las personas con sobrepeso. En este caso, sólo un 25% de los encuestados reconocía tener el problema, mientras que un 63% pensaba que estaba en un peso adecuado e incluso un 20% pensaba que su peso era bajo.

«Estos datos demuestran que la percepción que se tiene sobre la obesidad es muy baja, que no hacemos ningún autodiagnóstico, lo que supone un gran problema a la hora de abordar la epidemia», remarca Tinahones. «Es difícil impulsar medidas para paliar el problema si los afectados piensan que es algo que no va con ellos, por lo que un paso fundamental es enseñar a reconocer la enfermedad», añade.

Pese a que la mayor parte de los individuos estudiados no tenían una correcta percepción sobre su sobrepeso u obesidad, cuando se les preguntó sobre su estado de salud, hasta el 63% de las personas con obesidad lo calificó de regular o muy malo, una respuesta que dio el 34% de los encuestados con peso normal. «La obesidad va estrechamente ligada a alteraciones como la dislipemia, la hipertensión, la diabetes o los problemas cardiovasculares, entre otros problemas», comenta Tinahones. «Pero no siempre se hace esa asociación. Se tiende a minimizar la gravedad de la obesidad», insiste.

El estudio, presentado con motivo de la celebración el próximo sábado 20 de mayo del Día Europeo de la Obesidad y que se ha centrado en el estudio de los hábitos de vida de la población adulta, también pone de manifiesto que las personas con obesidad son las más sedentarias mientras que la población con normopeso es la que menos tiempo pasa sentada al terminar la jornada laboral.

Así, según los datos del estudio, una de cada cuatro personas con obesidad pasan más de cinco horas sentadas al día fuera de su horario de trabajo. En personas con un peso considerado saludable, este porcentaje baja al 12%.

Asimismo, el documento señala que la costumbre de ‘picar’ entre horas es una de las conductas alimentarias que más se asocia con la obesidad. Una de cada dos personas con obesidad lo practica habitualmente. En ese sentido, la SEEDO recuerda que el hábito se asocia a una alimentación descontrolada con una ingesta elevada de productos dulces y con un elevado aporte energético.

Con todos estos datos en la mano, la SEEDO, a través de su fundación y con el apoyo del Ministerio de Sanidad, ha impulsado el proyecto ‘Prevención de la Obesidad. Aligera tu vida’, que se extenderá durante dos años.

Nuevos datos de obesidad juvenil

Con motivo de la próxima celebración del Día Europeo contra la Obesidad, estos días se está celebrando en Oporto (Portugal) el Congreso Europeo de Obesidad, que reúne a los principales expertos en la materia y expone las últimas investigaciones sobre la epidemia.

Uno de los trabajos más destacados es el informe que la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó ayer sobre las tendencias de la enfermedad entre la población más joven. Según sus datos (que evalúan la evolución de 2002 a 2014), la obesidad continúa creciendo entre los adolescentes europeos.

«Pese a los esfuerzos realizados, se estima que uno de cada tres jóvenes tiene sobrepeso u obesidad en Europa», ha señalado en un comunicado Zsuzsanna Jakab, directora regional para Europa de la OMS. «Se necesita una acción política ambiciosa para alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible que establece frenar el recimiento de la obesidad infantil. Los gobiernos deben concentrar sus esfuerzos para romper este ciclo pernicioso desde la niñez a la adolescencia y más allá», añadió.

Aunque el estudio muestra grandes diferencias entre países, sí revela una tendencia general a que los niños varones procedentes de familias con una posición socioeconómica más baja sean los más afectados por los problemas de sobrepeso y obesidad.

Sólo un tercio de los adolescentes estudiados en todo el continente reconoce comer frutas y verduras diariamente y la actividad física sigue estando, en general, lejos de las recomendaciones (especialmente entre las chicas). Pese a los avances conseguidos en ese sentido, el consmo de bebidas azucaradas sigue siendo notable.

En el caso de España, los datos de este informe reflejan que la prevalencia de la obesidad (sin contar el sobrepeso) es del 9,4% en varones de 11 años, una cifra que baja al 5,7 en chicos de 13 años y llega al 4,7 en jóvenes de 15 años. En cuanto a las chicas, los datos muestran que la prevalencia es del 3,3% en niñas de 11 años (con un notable descenso desde 2002), también del 3,3% en chicas de 13 años (la tendencia se mantuvo en este caso en los años estudiados) y del 2,3% en adolescentes de 15 años.

El informe de la OMS muestra que, en nuestro país, en los años estudiados ha aumentado la ingesta diaria de verduras y ha disminuido el consumo frecuente de dulces, si bien no ha ido acompañado de un aumento de la actividad física (sobre todo entre las chicas) y sí de un fuerte crecimiento del tiempo empleado en el uso del ordenador, una práctica sedentaria.

Francisco Tinahones, presidente de la SEEDO, señala que las cifras de obesidad infantil y juvenil en España que maneja la sociedad científica son bastante superiores, si bien recuerda que «probablemente se deban a variaciones en los métodos de medición».

En cualquier caso, recuerda que hace apenas unas décadas, los casos de obesidad infantil y juvenil en España eran «puramente testimoniales», por lo que, aunque «haya variaciones en los porcentajes que muestran los estudios, es innegable que estamos ante un problema muy grave».